El movimiento inesperado de Google y Microsoft en el mundo de la Inteligencia Artificial

Las implicaciones éticas y legales de la inteligencia artificial generativa están en el epicentro de la discusión contemporánea sobre tecnología. Si eres uno de los valientes que ha sido denunciado por infringir derechos de autor a través de una plataforma como Google Workspace utilizando esta tecnología, te tengo buenas noticias: ¡Google ha decidido tomar la responsabilidad y cubrir las multas asociadas a tales infracciones!
Dentro del vasto espectro de lo que comúnmente llamamos «inteligencia artificial», la inteligencia artificial generativa ha sido uno de los temas más controvertidos. Mientras algunos expertos debaten sobre la precisión del término, surge una preocupación más profunda: ¿qué implica su uso en términos de derechos de autor y propiedad intelectual? ¿Es ético y legal utilizarla sin restricciones?
No hay consenso unánime. Por un lado, hay quienes ven estas tecnologías como un avance positivo y necesario. Por otro lado, algunos temen que puedan desestabilizar los fundamentos del mundo tal como lo conocemos, especialmente en términos de derechos de autor. Sin embargo, lo que realmente ha captado la atención del mundo es la respuesta de gigantes tecnológicos como Google y Microsoft frente a posibles litigios por infracciones de derechos de autor relacionadas con la inteligencia artificial.
Google, en un gesto sin precedentes, ha decidido intervenir en defensa de sus usuarios. Ha anunciado que asumirá la responsabilidad por las posibles infracciones de derechos de autor cometidas mediante el uso de inteligencia artificial generativa en sus plataformas. Esta tecnología, aunque increíblemente avanzada y útil, ha sido criticada por potencialmente aprovecharse de la propiedad intelectual de terceros.
Varios ejemplos de estas tecnologías, como ChatGPT y DallE de OpenAI, Copilot de Microsoft o incluso Bard de Google, han surgido como herramientas revolucionarias. Con la capacidad de operar basándose en vastas bases de datos, no es sorprendente que ocasionalmente surjan problemas legales relacionados con los derechos de autor.
Ante la magnitud del problema, organismos internacionales como la Unión Europea han buscado regular esta situación. Con la implementación del AI Act, la UE busca que las empresas sean transparentes sobre las fuentes de información y los datos utilizados para entrenar sus algoritmos. Sin embargo, mientras las legislaciones intentan adaptarse a esta nueva realidad, las empresas tecnológicas exploran formas de proteger sus avances e inversiones. En muchos casos, consideran que es más eficiente económicamente cubrir las multas que detener la innovación.
Este debate ganó fuerza cuando Microsoft, hace unos meses, anunció que asumiría responsabilidades legales por posibles infracciones de derechos de autor relacionadas con el uso de su herramienta CoPilot. Google, quizás inspirado por esta medida y presionado por una demanda colectiva en junio, tomó una decisión similar. Ahora, para herramientas como Vertex AI y Duet AI, asociadas a Google Workspace, Google se compromete a cubrir las indemnizaciones en caso de litigios. Es importante mencionar, sin embargo, que no todas las herramientas, como Bard, están cubiertas por esta nueva política. Esto es una clara señal de que el mundo tecnológico está en constante evolución y adaptación.